Circense

El domingo 1 de septiembre comienza la segunda temporada de esta obra de Claudio Gatell. Una entrada al mundo onírico de Circe, una joven atrapada entre el deseo y la culpa, quien bailará junto a un circo siniestro entre cenizas, anhelos y recuerdos.

SOBRE LA OBRA

Circe, personaje inspirado en el cuento homónimo de Cortázar, afronta el calvario que le impone su familia. Como atrapada en una telaraña, es presa de una moral que le impide la expresión de sus deseos e impulsos. El kitsch de una época y una familia cuya herencia solo fueron imágenes de guerra, fracaso y angustia crearán los fantasmas que perseguirán a Circe y tomarán el escenario. Un placard y una cama serán los lugares en los que transcurrirán encuentros y pesadillas. Marginada por su entorno y en su propio horror, encontrará como única salida la destrucción de la realidad. ¿Qué será vigilia y qué sueño? ¿Qué será verdadero y qué falso? El espectador afrontará ese reto ya que no encontrará complacencia en la inquietante Circense.

PALABRAS DEL AUTOR

Personajes, actores, fantasmas y público, todos comparten un mismo escenario, todos conviven en un mismo espacio inexplicable y claustrofóbico. El espectador se pregunta quiénes son los vivos, quiénes son los muertos, quién está vigilando a quién. Circense es a la vez un circo, una casa de familia, un mundo grotesco y una mente humana. Una cena familiar en Villa del Parque que se repite en el recuerdo, una y otra vez compulsivamente. Personajes detenidos en el tiempo y marcados por el dolor que deambulan perdidos y enajenados componen esta obra teatral. La idea nace por sí sola y en su camino encontró a Circe de Cortázar, al Teatro de la Crueldad de Artaud, al Teatro de la Muerte de Tadeusz Kantor como inspiración. Circense es un ataque a la realidad, a la racionalidad, es un grito del inconsciente, como un sueño o una pesadilla. Citando a Antonin Artaud “El público creerá en los sueños del teatro, si los acepta realmente como sueños y no como copia servil de la realidad, si le permiten encontrar en él mismo la libertad mágica del sueño, que sólo puede reconocer impregnada de crueldad y terror”.