Hijos del Monte

Esta es una obra de teatro inspirada en una historia real que sucedió en Argentina entre 1974 y 1978. Remo Vénica e Irmina Kleiner sobrevivieron escondidos en el monte chaqueño durante 4 años a la persecución militar de la ultima dictadura Argentina. Allí, cobijados por el amor de la madre tierra y la solidaridad de los mas humildes, tuvieron que dar a luz una hija en un pozo que cavaron en la tierra y un hijo en un cañaveral.
Nuestra obra cuenta la historia de estos dos hermanos, a quienes llamamos América y Manuel, quienes recuerdan la increíble historia de sus vidas la noche de navidad del año 2001. América quiere discutir con su familia sobre un pasado doloroso, él prefiere el silencio. Dos formas de ver los últimos 40 años de historia Argentina.

La acción comienza con la familia Vénica que año tras año festeja la navidad en la granja de Pedro y Norma. Siempre fue así. Hasta el 24 de diciembre de 2001. Porque este día, la navidad la pasan, por primera vez, en casa de América, de 24 años, hija mayor de la familia. Esto no fue fácil: en algún punto, es un plan de América. Por un lado, pone a prueba a sus padres y a su hermanos: “qué tan conservadores son, que no pueden cambiar por una vez el lugar donde festejan navidad.” Por el otro, es un plan: esa noche le dirá a sus padres y a sus hermanos todo lo que nunca les dijo. Sin embargo, es fácil pensarlo y planearlo, pero en el momento se hace más difícil. De ahí que América necesite hablar, recordar, reformular, pensar, dudar. Y eso es lo que vemos: toda la tensión de la preparación de la charla esperada por años que parecen siglos. Por otro lado, está Manuel, el segundo de 5 hijos de 23 años, y sabe que América algo está tramando. América es la oveja negra de la familia. Sabe que todo esto de traerlos a su casa esconde algo y supone qué: América va a sacar los trapitos al sol. Manuel, obviamente, no quiere. Si las cosas están bien, para que remover la mierda del pasado. El recuerda el pasado porque ya no quiere seguir removiendo lo doloroso que le resulta haber vivido su primera infancia en un monte, para terminar exiliado con sus padres.

América, sin embargo, no piensa lo mismo: el pasado está presente. Y quema.