Antes de partir a su tercer gira por México, la joven guitarrista, cantante y compositora presenta su flamante tercer disco de estudio junto a una banda de musicos estelares. Colores, texturas, delicadeza y canciones en estado puro son la propuesta de este grupo.
Con apenas 28 años, la cantante, guitarrista y compositora argentina Loli Molina se consolida como una de las voces más encantadoras de América Latina. Sus dos primeros discos como solista, Los senderos amarillos (2008, producido por Nico Cota) y Sí o no (2011, producido por Tweety González), fueron editados en la Argentina por Sony Music. Y en 2009 obtuvo, además, el premio MTV Latino a la “Mejor artista nueva del cono Sur”. Pero luego de ese extenso derrotero en el mainstream, para el segundo semestre de 2015 Loli planea lanzar Rubí, el tercer opus de su discografía y el primero que cuenta con su producción artística, de manera independiente. “No tengo ningún tabú con respecto a las disqueras multinacionales, pero ahora siento mucha libertad. Me interesa expandir mi música sin que nada me detenga“, explica. Y adelanta que tiene previsto editarlo y defenderlo en Uruguay, Chile, México, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia durante la temporada 2015/2016.
Algo indescriptible ocurre cuando Loli canta, ya sea una de sus canciones propias o alguna de las versiones que ha incorporado a su repertorio: el clásico de los 80 (“”Karma Chamaleon”, de Boy George), una gema del uruguayo Gustavo “Príncipe” Pena (“Mandolín”) o esos standards del folclore de nuestro continente, como la “Tonada de luna llena”, del venezolano Simón Díaz, o el bolero “Contigo en la distancia”, de César Portillo de la Luz. Acompañada apenas por su guitarra, Loli es una encantadora de audiencias: un halo de magia recubre las buenas vibraciones de voz y hace que escucharla se vuelva una experiencia trascendental e inolvidable. En sus conciertos, el público suele encontrar un espacio para el llanto, el desahogo, la liberación. “Muchos me cuentan que se sienten más livianos después de escucharme. Eso no deja de resultarme llamativo. Desde hace varios años, escucho con devoción al brasileño Egberto Gismonti. Su música me lleva a un estado de urificación, y creo que su obra se manifiesta en mi música de un modo sutil. Evidentemente, existe una conexión”, celebra.
Clasificaciones: Adultos, Música, Folk
- TEATRO AUDITORIUM CENTRO PROVINCIAL DE LAS ARTES (2018)
- ND ATENEO (2016)
- TEATRO AUDITÓRIUM SAN ISIDRO (2016)
- SANTOS 4040 (2015)