Una revisión en solfa de la historia argentina, según un libro estudiantil de la época. La obra comenzaba como una lección escolar de historia con el público como alumnado. De pronto, la enérgica maestra Eudosia Pascusia Docenti se convertía en una madama y toda la acción transcurría en un prostíbulo. Los hechos se relataban no a través de sus personajes directos sino de quienes los rodeaban. Así pasaban por ese lugar: la colonización de América, los unitarios, los federales, el peronismo, entre otros sucesos históricos.
"No se detiene en personajes y acontecimientos reales sino que avanza en el tiempo con otros que pudieron existir y suceder, no obstante haber sido inventados. Eudosia hace reír con sus relatos, sin abandonar su formalidad. Ocurre que sigue el texto de Patricio Esteve, quien cree que la historia puede tomarse en broma y así lo hizo con verdades desprovistas de odios y rencores. La lección no resulta aburrida porque la docente coincide con quienes sostienen que el teatro puede y debe ser un medio eficaz para transmitir ideas, conocimientos y entretener. Por eso, luego de una brever introducción se despoja del guardapolvo blanco para interpretar los episodios escritos por Esteve, lo que la obliga a encarnar a Lucía Miranda, diversas propietarias en casas de citas (en distintas épocas) y a una joven de esta generación y a cantar tangos más o menos conocidos que, por sus mensajes, cabe asociarlos con los que ocurre en el escenario. No está sola, la acompañan quienes también tienen relación con la "gran histeria nacional" , seres que apenas tienen nombre de pila pero que reflejan con la curiosa heroína, las inquietudes por el país de un autor con ingenio y con opinión. Los diferentes episodios se suceden con interés y ritmo que pocas veces decaen, por lo que resultan entretenidos y comprensibles. Julio Tahier efectuó una puesta simple y directa, lo cual no significa superficialidad yq que destacó matices valioso. Carmen Platero fue la curiosa heroína y una revelación. Ratificó sus antecedentes en el canto y evidenció poseer buenos recursos como actriz. Guillermo Renzi, Rubén Santagada y Rubén Zotta compusieron distintos personajes con entusiasmo y alegría. La música, compuesta y adaptada por Miguel Angel Rondano, respondió a las exigencias del texto y fue adecuadamente interpretada al piano por Danilo Santinelli." La Nación
- TEATRO DE LA FÁBULA (1972)