Soy nena

DANZA CONTEMPORÁNEA

Una mujer encuentra en el baúl de los juguetes de su infancia, una muñeca y un vestido que la llevan a revivir, en forma de sentimientos y deseos, el momento en que le abrió la puerta a su futuro. Sobre ellos danza. Y vuelve a nacer. Es varón. Los padres le asignan un nombre, su ropa, y sus juguetes. Ese niño necesita profundamente la protección de ellos y ellos, los padres, requieren la construcción de una familia tal como la sociedad manda que debe ser. Pero el niño manifiesta otros deseos. Vive otra experiencia. Y cuando les revela sentirse niña, los padres inician un camino que va desde la negación hasta la aceptación, transitando el desconcierto, el dolor y la furia.
El niño se ve en el espejo y se encuentra niña, se refleja mujer; la que es hoy y la que será en el futuro. Por un instante, los senderos del futuro y del presente se hacen uno para que la niña clame crecer en absoluta libertad. Por más que los padres intenten imponerle un correctivo no hay disciplina capaz de doblegar el cúmulo de estados emocionales que afloran en esa niña. Finalmente es la felicidad de su hija lo que lleva a los padres a comprender que ella quiere que su identidad sea reconocida como tal y deciden acompañarla con amor y para siempre.
Así, la trama de la obra se inscribe en otro escalón; el de la represión y la libertad, el de pensar que la vida es lo que nos dicen cómo debe ser, o que la vida, es mucho más que un dogma, que está hecha para que cada uno de nosotros la pueda disfrutar como la sienta y desee, sin dañar ni ser dañado, y que sólo se trata de descorrer el velo para descubrir a la verdadera felicidad, apenas escondida detrás de lo aparente.

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