Armando Discépolo

Creador del “grotesco criollo” teatral, fue el mayor de los cinco hijos de Enrique Santos, un napolitano que llego a la argetina antes de cumplir los 20 años y que dirigió la primera Banda Municipal. La casa de los Discépolo estuvo signada por la vocación artística de la familia, a tal punto que uno de los mayores dramaturgos argentinos (Armando) y uno de los mayores autores de letras de tango ( Su hermano Enrique Santos “Discepolín”) surgieron de dicho hogar.

Desde sus primeros años Armando manifestó pasión por el teatro; pero a los 18, cuando muere su padre, decide dedicarse por entero a la profesión. Tuvo la suerte de que Pablo Podestá, el actor más importante de aquel momento, se entusiasmara y aceptará interpretar su primera obra teatral: “Entre el hierro” y fue un éxito. A partir de entonces, Discépolo escribió de una a dos piezas por año, entre las que se pueden destacar “la Torcaza”, “El novio de mamá”, “La espada de Damocles y “El movimiento continúa”. Luego llegaron sus obras más reconocidas: “Mustafá”, “Giacomo”,”Muñeca”, “Babilonia”, “El Organito”, “Stéfano”, “Cremona” y “Relojero”, escritas entre 1921 y 1934. Todas ellas comparten atmósferas depresivas y la exaltación de las contradicciones de sus protagonistas que – tras una máscara de absurda comicidad- sobrellevan un profundo dolor y viven aferrados un tiempo avasallado por el “progreso” que los asfixia.

Discépolo supo mostrar las miseria de un orden social muy despiadado e injusto a través de la pintura de la vida cotidiana de los humildes, fracasados e inmigrantes, creando el “grotesco criollo”, la primera y más auténtica expresión del teatro nacional. A partir de 1934, Discépolo decide dedicarse a la dirección eligiendo obras de Payró, Tolstoi, Somerset Maugham, Chéjov, Beranrd Shaw y Shakespare. Murió el 8 de enero de 1971
209 Espectáculos en los que participó